¿Crees que podrías padecer un trastorno de ansiedad, pero tienes tus dudas y te gustaría salir de la incertidumbre?
Pues déjame explicarte un poco acerca de la ansiedad y compartir contigo las 7 señales más habituales que te pueden indicar que tienes ansiedad y que deberías atenderlas.
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La ansiedad la puedes reconocer porque habitualmente viene acompañada de una sensación de miedo o temor intenso ante una situación que es importante o complicada en tu vida. Hasta aquí podemos decir que es una respuesta normal que te ayuda a encontrar soluciones para enfrentar el problema.
Sin embargo, cuando este sentimiento intenso de miedo se mantiene en el tiempo y con el paso de los días incrementa en intensidad, interfiriendo en tu día a día, dificultándote el poder desenvolverte en tus relaciones sociales, en tu vida personal o incluso en tu vida laboral es cuando podemos estar ante un trastorno de ansiedad.
¿Cómo puedes diferenciar la ansiedad normal de la patológica?
La ansiedad es una respuesta natural que aparece como mecanismo para adaptarnos a las circunstancias cambiantes de la vida que nos resultan complicadas. No obstante, cuando nuestra percepción ante las situaciones es extremadamente amenazante, creándonos elevada preocupación, quizás sin causas reales, se mantiene o incluso incrementa en intensidad y duración, es cuando podemos estar hablando de ansiedad patológica.
ANSIEDAD NORMAL |
ANSIEDAD PATOLÓGICA |
Respuesta adecuada ante un suceso o circunstancia que percibes como amenaza. Te ayuda a reducir o eliminar las consecuencias del peligro. |
Respuesta desmesurada, exagerada y desproporcionada en relación al suceso o circunstancia que la provoca. |
La preocupación es puntual. |
La preocupación es duradera e intrusiva. |
La duración es proporcional al hecho que la genera. |
La duración es demasiado prolongada en el tiempo afectándote a nivel personal y social. |
Puede ayudarte a mejorar tu funcionamiento y rendimiento. |
Disminuye tu rendimiento hasta el punto de bloquearte y limitarte. |
El acontecimiento o circunstancia es claramente identificable. |
Provoca un sentimiento de indefensión que a veces hace que resulte difícil de identificar el acontecimiento o circunstancia. |
Tu preocupación se focaliza en la causa y cómo solucionarla. |
Tu preocupación se focaliza en los efectos de la ansiedad, en el miedo a las consecuencias. |
No te genera malestar significativo. |
Puedes sentir elevado malestar que se puede traducir en síntomas físicos de aceleración de los latidos del corazón, mareos, presión en el pecho, temblores, sudor… |
Ahora que ya conoces un poco más de este malestar te comparto algunas señales que te pueden ayudar a descubrir si tienes ansiedad:
Señal 1: Preocupación excesiva.
Te consideras una persona sufridora, que se preocupa excesivamente por las cosas, con tendencia a anticipar peligros en tu vida cotidiana. Se presentan en tu mente pensamientos reiterados en torno a un tema que te preocupa y no puedes dejar de pensar en ello.
Te puedes preguntar:
- ¿Mi mente está continuamente preocupándose por diferentes cosas?
- ¿Temo que algo malo me pueda pasar a mi o a mis seres queridos?
Señal 2: Nerviosismo, agitación e intranquilidad.
Notas una necesidad de estar en movimiento; es una sensación molesta y desagradable, que te impide relajarte. Es un estado que se mantiene día a día. A veces, incluso puedes notar como una tendencia a sobresaltos.
Te puedes preguntar:
- ¿Me siento nervioso o intranquilo la mayor parte del tiempo?
- ¿Puedo estar sentado, relajado, atendiendo algo que estoy haciendo en el momento?
Señal 3: Dificultades en el sueño.
Te cuesta conciliar el sueño o incluso te despiertas durante la noche. Y es que cuando la ansiedad invade tu mente, esta está continuamente activ@. Y, en la noche, es cuando tienes menos estímulos con qué distraerte, lo que favorece la rumiación y la preocupación. También puede interferir en el sueño la costumbre que puedes tener de hacer un repaso del día focalizándote en lo desfavorable que ha ocurrido. La falta de sueño o no tener un sueño reparador te puede disminuir la concentración o el rendimiento.
Te puedes preguntar:
- ¿Cuándo voy a la cama me duermo enseguida o doy vueltas a preocupaciones de lo ocurrido durante el día?
- ¿Por las mañanas me levanto descansad@?
- ¿Me despierto varias veces durante la noche resultándome difícil volver a conciliar el sueño?
Señal 4: Irritabilidad excesiva.
Fácilmente te alteras, te molestas o te enojas. Respondes de manera desmesurada ante circunstancias neutras o insignificantes, lo cuál, si se prolonga en el tiempo te puede llevar a una afectación de tus relaciones personales y sociales.
Te puedes preguntar:
- ¿Noto que las cosas me afectan por mínimas que sean y hacen que actúe de manera impulsiva?
- ¿Mis enfados son razonables?
- ¿Respondo o actúo sin pensar “hiriendo” a las personas de mi alrededor?
Señal 5: Dispersión o dificultades de concentración y memoria.
Puedes tener la sensación de tener la mente repleta de pensamientos intrusivos y preocupaciones, que te impiden pensar con claridad e incluso puedes haber notado que se te olvidan cosas cotidianas, te cuesta mantener la atención en una lectura, te despistas fácilmente… Y todo ello es causa de qué cuando tienes ansiedad tu atención tiende a focalizarse sobre aquello que consideras una amenaza desatendiendo aquellas otras actividades en las que también es necesaria la atención.
Te puedes preguntar:
- ¿Tengo a menudo olvidos en cosas del día a día?
- ¿Me cuesta concentrarme para leer?
- ¿Noto como si no pudiera pensar con claridad?
Señal 6: Tendencia a aislamiento.
Te sientes fuera de lugar, que no encajas en tu entorno social, incluso con tus amig@s por lo que tiendes a excluirte y a refugiarte en ti mismo. Estar en grupo ahora quizás te hace sentir incómodo, no quieres que se enteren que tienes ansiedad.
Te puedes preguntar:
- ¿Te sientes como fuera de lugar cuando estás con gente?
- ¿Evitas salir a la calle por algún miedo?
- ¿Notas que te has ido alejando de tu entorno y amig@s?
Señal 7: Somatizaciones.
Puede que sientas que tu corazón se acelera más de lo habitual, que tienes problemas digestivos o nauseas, temblores, sudores excesivos, dolor de cabeza, dificultad para respirar en algunos momentos o sensación de que te falta aire, dolor muscular… incluso puedes notar esa sensación como si lo que te rodea no fuera real o sentirte extrañ@, como si no fueras tu. Ésta es una forma que tiene tu cuerpo de exteriorizar la tensión y expresar las emociones contenidas.
Te puedes preguntar:
- ¿Se te acelera el corazón (sin que pueda ser explicado por alguna enfermedad)?
- ¿Sientes una presión en el pecho, una sensación de ahogo o te cuesta respirar?
- ¿Tienes la sensación como si fueras un espectador externo a ti? ¿Cómo si te vieras desde fuera?
Todas esas señales que te indican que puedes estar sufriendo ansiedad, y qué tan gran malestar te generan, tienen solución. Sin embargo, a veces, un@ piensa que podrá solucionarlo por si sol@ y va transcurriendo el tiempo sin apreciar mejoría alguna.
Si te has identificado con varias de estas señales y ves que realmente interfieren en tu día a día, no esperes más. No esperes a que disminuya y desaparezca. Si no haces nada, la ansiedad permanecerá e incluso se intensificará y se puede cronificar.
Si quieres que te ayude a deshacerte, de una vez por todas, de la ansiedad podemos trabajar conjuntamente estableciendo un plan de tratamiento para superar con éxito la ansiedad y sus síntomas.
¿Te imaginas cómo te vas a estar cuando te sientas libre de estas limitaciones que te impiden poder llevar una vida normalizada? ¡Ponte en contacto conmigo y compruébalo!
Soy Lídia Palou, psicóloga especializada en ayudar a personas que viven en un estado de constante alerta, viéndose arrastradas por pensamientos perturbadores, emociones difíciles y preocupaciones excesivas, impidiéndoles poder disfrutar en su vida de momentos de calma y tranquilidad.
www.lidiapalou.com
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