Si cuando se acerca la Navidad te invade el estrés y la ansiedad, lo que te voy a contar en este artículo te va a venir muy bien.

Porque hoy quiero hablar de como la Navidad puede llegar a generar ansiedad y estrés, y más concretamente, de cómo vemos las fiestas navideñas a través de las gafas de nuestra sociedad.

Así que prepara tu cuaderno de notas y quédate para aprender algunas claves que te van a venir muy bien para tu próxima Navidad.

 

¿Cómo ha influenciado nuestra sociedad en la forma que tenemos de ver y vivir la Navidad?

El anuncio de Suchard, que hace referencia a la ausencia de un miembro de la familia o, los tres anuncios de la lotería nacional que tratan temas como la inmigración, la solidaridad y la humanidad, nos demuestran que empezamos a adentrarnos en un nuevo contexto publicitario. Sin embargo, aun muchos anuncios de Navidad, nos llevan la idea de que la Navidad debe ser en familia, todos felices, con abundante y sabrosa comida y muchos regalos.

Tenemos tan integrado que la Navidad debe ser como sinónimo de felicidad, que aún se hace patente esta presión de ser días de reunión familiar o con amigos y días de diversión; realmente un ideal, que para nada se acerca a la realidad de muchos.

Ello nos lleva a tener ciertas creencias en relación a como debería ser nuestra vida, nuestras relaciones, nuestra familia, nosotros mismos… pudiendo desencadenar fácilmente estrés, ansiedad y tristeza.

El problema, a veces viene de no ser capaces de ver qué nos provoca ansiedad, por lo que identificar la preocupación en estas fechas te ayudará a poder encontrar más fácilmente alternativas a tu malestar.

 

¿Qué te puede ayudar a reducir los síntomas de estrés, ansiedad y/o depresión ante los diferentes estresores?

 

Clave 1:

Desavenencias familiares: la perspectiva es la de núcleos familiares en armonía, llenos de amor y seguridad. Sin embargo, existen muchas familias que mantienen una relación complicada o simplemente no mantienen relación por diferentes problemas ocurridos, por lo que en estas situaciones las reuniones familiares pueden ser un foco de malestar y ansiedad o, simplemente ya no se plantean, pudiendo sentir un gran vacío y soledad.

Si se dan las circunstancias puedes establecer límites saludables. Y si no puedes hacer nada para cambiar o mejorar la situación, aceptar es la mejor opción. No autoengañarse o aparentar que no sucede nada. También es importante la comunicación, expresar lo que sientes, dado que tu perspectiva puede ser diferente a la de la otra persona y ésta puede abrirte un punto de vista diferente.

 

Clave 2:

La autoexigencia y el perfeccionismo, con este discurso interior que en ocasiones nos invade centrado en los “debería”, “tendría que” están, muchas veces, fundamentados en creencias negativas irracionales. Sentimos esa necesidad u obligación de querer que las cosas se ajusten a las propias expectativas, muchas veces desmesuradas.

Es importante que te preguntes si realmente tú deberías o quieres… Lo trascendental es elegir la opción desde la posibilidad, no desde la autoimposición, dado que el “debería” implica, de alguna forma, que te impones y el querer supone capacidad de elección.

 

Clave 3:

El estrés por la necesidad de ser aceptados, de quedar bien lleva a menudo a realizar comportamientos que de otra forma la persona no realizaría, como intentar preparar la fiesta para que todo salga bien o sentirse obligado a comprar regalos cuando quizás a nivel económico no viene bien.

Pregúntate si actúas de forma coherente a cómo te comportarías si no tuvieras la presión de quedar bien o ser aceptado. No te llenes de presión y aprende a decir no.

 

Clave 4:

Eventos sociales que terminan siendo compromisos ineludibles, sintiendo la necesidad de quedar con personas con las que quizás no se compartan opiniones o con las que no tienes demasiada afinidad o, de acudir a lugares donde piensas que no lo pasarás bien.

Puedes preguntarte ¿qué pasaría si en vez de verlo como algo negativo y aburrido lo aceptaras y te dijeras que irás a pasarlo lo mejor que puedas? Y cuando estés en el evento puedes crear situaciones afines a ti como sacar un tema de conversación que te interese, llevar algo de comida que te guste… se trata de crear el ambiente en el que te puedas sentir a gusto.

 

Clave 5:

La percepción de falta de tiempo para compaginar la vida laboral, la familiar y las fiestas navideñas, cuando quizás se tiene que preparar la cena de nochebuena y ese día se ha trabajado, los hijos tienen vacaciones en la escuela, falta hacer la compra…

Pedir ayuda y compartir responsabilidades, cuando te ves superado por la dificultad de compatibilizar la vida laboral y familiar durante estas fiestas, será beneficioso para disminuir el estrés y no descuidar el autocuidado en estos días, pudiendo descansar y disfrutar de las fiestas con menos tensión.

 

Clave 6:

La ausencia reciente de un familiar que ha fallecido puede ser una época complicada y más si en estas fiestas se acostumbraba a reunirse.

Es habitual que el dolor emocional aumente, los recuerdos emerjan, pero mantenerlo en silencio, aparentar que estás bien no evitará tu dolor, sino que aumentará la ansiedad y la tristeza. Expresar tus sentimientos y compartir recuerdos te ayudará a transitar el sufrimiento.

 

Clave 7:

La soledad que en estas épocas se vive de forma más intensa por los mensajes que recibimos sobre que la Navidad es una época de estar en familia, con amistades, rodeados de regalos y de bienestar…

Puedes buscar quedar con algún amigo, familiar o algún tipo de apoyo social o realizar alguna actividad en grupo.

 

Clave 8:

Problemas de ansiedad, fobia social o depresión previos hace que para las personas que los sufren se les haga complicado, por ejemplo, salir a comprar en estos días que las tiendas y centros comerciales están repletos de gente, estar en espacios cerrados, exposición a reuniones sociales o tener que hacer un esfuerzo quizás para intentar actuar opuestamente a lo que sienten para no preocupar a los demás.

No tienes por qué seguir el ritmo que nos arrastra esos días. Puedes intentar planificar tus compras con antelación, no sobrecargarte de responsabilidades, realizar ejercicio o alguna actividad para liberar tensiones, hacer relajaciones o meditaciones, focaliza la atención en la conversación (no en el temor a ser juzgado), déjate llevar por el momento sin expectativas…

Espero que este contenido te ayude un poco más a enfrentar la Navidad. Cuéntame aquí abajo en los comentarios si ya has aplicado alguna de las técnicas y qué tal te resultó, te leo 🙂

Soy Lídia Palou, psicóloga especializada en ayudar a personas que viven en un estado de constante alerta, viéndose arrastradas por pensamientos perturbadores, emociones difíciles y preocupaciones excesivas, impidiéndoles poder disfrutar en su vida de momentos de calma y tranquilidad.

www.lidiapalou.com

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