¿QUÉ SON LAS CREENCIAS LIMITANTES?

Las creencias limitantes son las «gafas» con las que observas el mundo e influyen en la forma que te relacionas contigo mismo y con los demás.

De alguna manera las podríamos definir como ideas o pensamientos negativos que tomas como certezas absolutas y, realmente, muchas veces, para nada se sustentan en la realidad, sino más bien se apoyan en miedos infundados e irracionales. Aún así, les das tanta credibilidad que acaban condicionando tu vida. Te generan malestar, tensiones e incluso ansiedad. Y, todo ello, conlleva en ti dificultades en la toma de decisiones, complicaciones para enfrentar a determinadas situaciones, miedo…

 

¿CÓMO SE ORIGINAN?

Las creencias limitantes se conforman a lo largo de toda la vida. Sin embargo, muchas tienen su origen en la infancia, a través de nuestro entorno (padres, tutores, familiares, profesores…), del cual recibimos una serie de mensajes que ayudan a conformar una opinión, tanto de nuestra persona como de nuestro entorno y del mundo. También, a medida que vamos transitando la vida las valoraciones, juicios y opiniones de las personas importantes para nosotros o experiencias vividas como negativas influyen en cierta forma.

Si ya en la infancia recibiste un trato de sobreportección, por ejemplo, recibiendo mensajes tipo «No hagas eso que te vas a caer», «No hace falta que lo hagas, no lo conseguirás… es imposible», «mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer» es muy probable que estos mensajes se hayan ido instalando en tu subconsciente y vayan determinando el rol que adoptas en tu vida. Probablemente, habrás ido interiorizando y dando forma a estas expresiones incorporándolas como creencias en relación a esos mensajes que posiblemente te lleven a adoptar, ahora que eres adulto, una actitud de inseguridad, miedo o sensación de incapacidad.

Asimismo, si en tu núcleo familiar ha habido la tendencia a responsabilizar al “exterior” de las dificultades que están bajo su control (“si te hubieran ayudado no te hubieras caído”, “si te lo hubieran indicado bien ahora no estaríamos en una dirección equivocada”…), crecerás en la creencia de dificultades para sentirte con capacidad para buscar alternativas y soluciones, pensando que no puedes llegar a determinados propósitos dado que, desde tu perspectiva, todo depende de otros y no de ti.

Dichas creencias son las que van definiendo tu día a día y sin darte cuenta van socabando tu equilibrio interior, dado que su principal efecto radica en frenarte a la hora de actuar. Pueden llegar a ser realmente perturbadoras e interferir de forma significativa, incluso llegar a paralizarte.

Algunas indicaciones que pueden ser señales de este desequilibrio interior son experimentar insatisfacción, inseguridad, baja autoestima, ansiedad.

 

Creencias limitantes que más causan ansiedad.

Algunas de las creencias limitantes que más causan ansiedad son:

  • Soy incapaz de hacer… (debo controlar las cosas para sentirme tranquilo).

El hecho de pensar que no eres capaz de enfrentarte a determinadas situaciones, retos, conflictos… te lleva a inseguridad, que activa el miedo y, como consecuencia, aparece en ti la necesidad de control.

  • No tengo suficiente experiencia… (No puedo hacer algo sin tener la certeza de lo que va a pasar).

No puedes controlar lo que escapa a tu control. Únicamente te puedes controlar a ti y a tus actos. Tener la certeza absoluta es imposible y lo único que te lleva es desgaste emocional. La vida en sí es incierta.

  • Debo pensar en los demás primero… (Si antepongo las necesidades de otros a las mías me aceptarán).

No tienes que esforzarte para tener la aprobación de los demás, no tienes que cambiar, está bien como eres. Generar esta creencia te lleva a estrategias que desgastan y a la larga se traduce en ansiedad.

  • Si me equivoco seré un/a fracasado/a… (Debo evitar equivocarme «a toda costa»).

Evitar el fracaso en la vida no es posible. Esa idea de vivir desde la perfección te lleva a un vida rígida. Es importante que cambies esa idea de perfección tomando el fracaso como un proceso de aprendizaje.

 

¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS DE LAS CREENCIAS LIMITANTES?

La mayor dificultad es que cuando hay una creencia limitante, ésta te ancla a una verdad que viene determinada por tus experiencias, que dirigen tu vida a través de la creencia. Ello, te resta autonomía para progresar en tu crecimiento personal en los diferentes ámbitos de tu vida (personal, social, laboral, familiar…).

En este contexto, si tienes la creencia que “No seré capaz de volver a conducir después del accidente”, tu comportamiento se verá condicionado por ello. Tu actitud no te permitirá desenvolverte con seguridad y determinación a la hora de, por ejemplo, conducir en autopista, en calles anchas o muy transitadas…, sino que tu actuación será acorde a tu creencia (inseguridad y nerviosismo a la hora de conducir), llegando a lo que podemos llamar profecía autocumplida. Como decía el sociólogo Robert K. Merton (1948) “si los individuos definen una situación como real, esta situación tiene efectos reales”.

 

 

¿CÓMO CAMBIAR ESTAS CREENCIAS LIMITANTES?

Las creencias limitantes condicionan tu actitud ante la vida, pero no necesariamente la determinan.

El primer paso es ser consciente de estas creencias, de donde vienen, para conocer el por qué de tus acciones. Observar el coste que pagas para mantenerlas y reflexionar cómo afectan estas acciones que estás llevando a cabo en los resultados de tu vida.

El segundo paso es no tomarlas como verdades absolutas. Para cambiar tus hábitos es importante que cambies tu manera de pensar y de actuar. Para ello, debes cuestionar las creencias para investigar hasta que punto se sustentan en la realidad.

El tercer paso es transformarlas para que se adaptan mejor a la realidad y tengan una utilidad para ti.

Las creencias que tienes sobre ti mismo, los demás y tu entorno no son ideas impuestas. Son simples mensajes que un día se establecieron como opiniones en tí y te las terminaste creyendo, pero si realmente las observas son únicamente palabras que conforman frases a las que les has instaurado una emoción.

Empieza por cambiar el vocabulario, el sentido que das a estas palabras y frases y verás como las emociones cambian así como tus acciones y resultados.

“El hombre a menudo se convierte en lo que cree ser”.

Mahatma Gandhi

¿Tus creencias están limitando tu vida? ¿Crees que estarías en otro lugar completamente distinto si no fuera por todos esos pensamientos y creencias que has tomado como verdades absolutas? Me encantaría saber qué es lo que piensas.

Soy Lídia Palou, psicóloga especializada en ayudar a personas que viven en un estado de constante alerta, viéndose arrastradas por pensamientos perturbadores, emociones difíciles y preocupaciones excesivas, impidiéndoles poder disfrutar en su vida de momentos de calma y tranquilidad.

www.lidiapalou.com

También te interesará leer...