TESTIMONIOS
TESTIMONIOS
«Necesitaba ayuda para seguir adelante»
Al empezar la terapia estaba hundida, perdida, llena de inseguridades y sin saber quien era y a dónde iba. Ahora soy una persona segura, consciente de mis capacidades y habilidades y, con ganas de comerme el mundo, sabiendo que mis límites los pongo yo. Muchas gracias por tu ayuda Lídia. Sin ti nunca hubiese sido capaz de llegar al punto en el que estoy ahora. Siempre estarás entre las personas que más positivamente me han influido.
Maribel, 58 años
Cristina, 49 años
«La ansiedad me iba limitando poco a poco sigilosamente hasta que despertó de golpe»
Me di cuenta que realmente tenía ansiedad el día que todo explotó con un ataque de pánico. Experimenté algo que para mi era «morir». La presión en el pecho me ahogaba, no podía controlar el temblor de mis manos y estaba como bloqueada. A partir de este momento, todo se me hacía «un mundo». Esta situación me sirvió para mirar atrás y ver que la mayor parte de mi vida la había vivido con ansiedad, con un nerviosismo constante, siempre pensando en lo malo que me podía pasar y sobre todo mi mente se descontrolaba por la noche no dejándome dormir. Tenía que quitarme la ansiedad. Lo que estaba experimentando no era «vida». Me recomendaron a Lídia y me decidí a contactar con ella. La verdad que, desde entonces mi vida ha cambiado. Ahora entiendo lo que me pasaba y por que, he aprendido, como ella dice, a encontrar mi equilibrio interior. He aprendido a regular la ansiedad y a tomarme la vida de otra manera.
Cristina, 49 años
«Pensaba que la ansiedad era para toda la vida»
Antes de iniciar el programa con Lídia, la ansiedad y el miedo podían conmigo. Me sentía perdida, no sabía que hacer. Hasta el momento, todo lo que había hecho había acabado en nada, siempre volvía al inicio, la ansiedad siempre estaba ahí, de una forma u otra. Decidí hacer un último intento y, realmente me agradezco a mi misma aquel día que di el paso de trabajar con Lídia. Desde que trabajo con ella he superado muchos de mis miedos, me siento más segura, esa preocupación que no me dejaba vivir ni dormir ha disminuido considerablemente y, lo más importante, que puedo estar tranquila y disfrutar de mis momentos. Para mi ha sido todo un logro.
Eva, 36 años